Ubud, una tarde cualquiera.. por ejemplo, una de septiembre del 2016
En Indonesia las peleas de gallos son una tradición a denunciar. Todavía no sé a santo de qué me colé sola con mi cámara siendo la única mujer y la única occidental en este lugar, pero no parecía que me tuvieran en cuenta o les molestara, y no pude parar de hacer fotos, sin pensar mucho en lo que representaba realmente lo que tenía delante.
No concibo la fotografía únicamente para mostrar lo bonito de este mundo, creo que es un arma muy potente de denuncia, pero no me quedé hasta el final, ni muestro la parte más desagradable, porque me fui a tiempo.
Me sigue sorprendiendo que en estas ¨costumbres¨contra los animales siempre participen principalmente hombres.